LA HORA IGNORADA
Cuenta una historia
de la ignorada hora de la muerte
de la que nadie tiene escapatoria
ni puede quedar de ella ausente
Un rico potentado a la muerte le pidió,
saber la hora de su llegada
esta, de buen agrado se lo concedió
y raudo el rico preparo su escapada
Preparad mi mejor corcel, ordenó
y llenando las alforjas con sus tesoros
rápido sobre la silla del caballo se monto
e hincándole las espuelas en la carne
en el horizonte se perdió
Corrió y corrió con gran desesperación
llevando en su pecho la esperanza y la alegría
esperando escapar de la ocasión
y pensar, que su hora no llegaría
Ofuscado a un cruce de caminos llegó
y de súbito se encontró con la muerte,
mirándola muy sorprendido se pregunto,
que es lo que me correspondió en suerte
Si escogí con presuras mi mejor corcel,
para alejarme de la situación,
¿como me encuentro ante aquel
que me concedió la hora con antelación ¿
Dijole la muerte, aquí te estaba esperando
este es el punto exacto de reunión
ya me estaba un poco cansando
creyendo, que huías de la ocasión
Con tu rápido y veloz corcel
con las espuelas las carnes le herías
cabalgando como buen doncel
yo sabia que a tu destino y a la hora llegarías
No sabemos el día, la hora, ni el lugar,
donde con muerte nos vamos ha reunir
por mucho que se intente escapar
el designio se ha de cumplir
Sea el rico, sea el pobre, este secreto
nadie lo puede comprar
el hombre a este destino esta sujeto
y con ella a su hora se ha de encontrar
Una historia para ser entendida
y asumirla con buena intención,
es clara y bien conocida
y no es ninguna exageración
José R. Egea
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Cuenta una historia
de la ignorada hora de la muerte
de la que nadie tiene escapatoria
ni puede quedar de ella ausente
Un rico potentado a la muerte le pidió,
saber la hora de su llegada
esta, de buen agrado se lo concedió
y raudo el rico preparo su escapada
Preparad mi mejor corcel, ordenó
y llenando las alforjas con sus tesoros
rápido sobre la silla del caballo se monto
e hincándole las espuelas en la carne
en el horizonte se perdió
Corrió y corrió con gran desesperación
llevando en su pecho la esperanza y la alegría
esperando escapar de la ocasión
y pensar, que su hora no llegaría
Ofuscado a un cruce de caminos llegó
y de súbito se encontró con la muerte,
mirándola muy sorprendido se pregunto,
que es lo que me correspondió en suerte
Si escogí con presuras mi mejor corcel,
para alejarme de la situación,
¿como me encuentro ante aquel
que me concedió la hora con antelación ¿
Dijole la muerte, aquí te estaba esperando
este es el punto exacto de reunión
ya me estaba un poco cansando
creyendo, que huías de la ocasión
Con tu rápido y veloz corcel
con las espuelas las carnes le herías
cabalgando como buen doncel
yo sabia que a tu destino y a la hora llegarías
No sabemos el día, la hora, ni el lugar,
donde con muerte nos vamos ha reunir
por mucho que se intente escapar
el designio se ha de cumplir
Sea el rico, sea el pobre, este secreto
nadie lo puede comprar
el hombre a este destino esta sujeto
y con ella a su hora se ha de encontrar
Una historia para ser entendida
y asumirla con buena intención,
es clara y bien conocida
y no es ninguna exageración
José R. Egea
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