lunes, 22 de diciembre de 2008

EL ORGULLO Y LA SENSILLEZ

Cuenta una historia, que en un país había un rey muy engreído que era adulado por sus vasallos, en una de las reuniones de dignatarios se debatió la idea de hacerle el regalo de su onomástica mucho se tuvo que debatir hasta que en una de las propuestas se dio a conocer que había un sastre que tenia una tela invisible y porque no hacerle un traje al monarca. Así se acordó y se le izo la consulta dando el Rey su aprobación, pero uno de sus Ministros propuso que se castigara con la pena de muerte a todo aquel no viera el traje de la tela invisible. Se mando coser el
traje asistiendo los ministros a sus pruebas dando muestras de admiración mientras el sastre cosía y el Rey posaba desnudo. Llegado el día en que el Rey tenia realizar el desfile por el pueblo con el fin de enseñar el traje y todo sus vasallos que reunidos agasajaran el maravilloso traje, pero había en el lugar un tonto que al ver al Rey desnudo, se hecho a reír haciendo burla ya que su inocencia no le daba el temor al castigo impuesto a quienes no vieran el traje.
Cuantas personas en la actualidad se podrían identificar con este Rey, se sube en la vida a peldaños superiores para mirar desde lo alto a quienes se consi-
deran inferiores, en cuanto no hay ninguna diferencia en cuanto a la estructura humana, habrá altos y bajos, rubios y morenos feos y guapos, pero nada mas con
respecto a diferencias, todos nacemos desnudos, aunque a unos son arropados con pañales de seda y otros con algún harapo, pero en la realidad, en el transcurso de la vida todos desarrollamos una personalidad propia con distintos sentimientos unos miran con el desprecio, otros con la sencillez, sin pensar si los que quedaron abajo tuvieron la misma posibilidad y apoyo .
Todos somos necesarios en esta vida unos son destinados desde la cuna a ser
ricos, otros ya nacen con el destino de ser pobres, pero trascurrida una vida se pué- de observar que es la inteligencia la que da el valor a la persona ya que puede dar la circunstancia de que el que nació rico muera pobre y el pobre muera rico, lo mis mo que quien tuvo una oportunidad de buena cuna quede al final de sus días como un inepto.
Leí un escrito en el que decía “.Porque el hijo de un Rey tiene que ser prin-
cipe y el hijo de un esclavo tenga que seguir siendo esclavo”. Esto es lo que en el pasado podría ser una imposición bastante cruel, pero en la actualidad se puede deducir que es el saber de la persona lo que realmente cuenta ni su cuna ni su dinero si no lo que aprendió en la vida ya que se puede considerar que” tanto tienes tanto vales”queda ya en el mayor de los ridículos.
No creo que el arrodillarse o inclinarse ante otra persona este como una cosa necesaria, basta con dar un trato de respeto, tanto desde arriba como desde abajo y con esto quedar como personas sin la necesidad de adular ni de pronunciar estos títulos honoríficos, con la sencillez quizás de quien no pudiendo asistir a universidades o a escuelas teniendo que prescindir de estudios por la necesidad familiar no pudo lograr un titulo, pero trabajando con dignidad alcanzo un puesto digno de respeto en la sociedad.
Las diferencias entre los seres quedan definidas por un nombre y sus apellidos su numero de identificación , su grado de inteligencia y su educación, quedando ya en el pasado aquello de la película Ana y el Rey de Siam,en que nadie podía tener la cabeza mas alta que el Rey, aunque este no supiera leer.
No es ninguna falta de respeto lo anteriormente escrito es una forma de de-
cir que se debe dar un trato humano entre los seres de este mundo sin tantas dife-
rencias ni rangos honoríficos. Nacemos desnudos, cuando morimos tierra, sin ninguna otra diferencia, salvo las salvas de despedida o un simple acto y el olvido.


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